sábado, 13 de enero de 2024

Las tardes sobre Río Blanco

Algunos no saben que nací en Orizaba y crecí en Río Blanco, Veracruz. El lugar donde mi abuelo, Abraham Macip Meza, fue quien me sembró y me enseñó el principio de lucha y búsqueda de la justicia. Venía todas las tardes a cenar a casa, donde mi madre preparaba café, té y casi siempre tacos de papa. Llegaba, se quitaba el sombrero y empezaba a contarnos, a su nuera y al nieto más pequeño, sobre la huelga de Río Blanco. Sentados a la mesa de la cocina, nos contaba historias de hombres y mujeres que habían sido masacrados por alzar la voz ante la explotación en la que vivían. Yo apenas tenía 6 años, mis hermanos mayores, seguro andaban haciendo tarea o jugando en las calles y en el parque de la colonia. Para mí, por las tardes solo existían mi abuelo y mi mamá que nos reuníamos para escuchar, lamentarnos y enfurecernos por las injusticias y las atroces muertes provocadas por aquellos dueños de las fábricas, mientras se hacía de noche y esperábamos a que mi padre llegara del trabajo. 

Aún recuerdo las historias que nos contaba sobre las tiendas de raya y los desmedidos precios a los que los obreros debían comprar los alimentos más básicos, de la cantidad de niños que no iban a la escuela para trabajar más de 14 horas en las fábricas textiles, y del inicio de los desfiles y plantones que organizaron quienes se convertirían en mártires el 7 de enero de 1907. Nos enumeraba nombres de dirigentes, de calles, de colonias y cerros, y yo aunque apenas estaba aprendiendo a escribir, los deletreaba como podía sobre un cuaderno. De todos ellos, el que más recuerdo es el de una mujer luchadora, de esas de carácter fuerte, mujeronas (decía mi abuelo): Lucrecia Toriz. No sé si lo escribía bien o mal, solo sé que quedó grabado en mi memoria, la mente y el corazón para orientarme hacia el principal camino a seguir en mi vida: la lucha en favor de los más débiles, de los más desfavorecidos.

Por muchos años pasé enfrente de ese majestuoso y hermoso edificio que fue la fábrica, ya abandonado, ya enmohecido por la encantadora humedad de la montaña veracruzana, y pensaba: aquí murió mucha gente, aquí lloraron, gritaron y corrieron tantos niños como yo para salvar sus vidas y algunos vieron caer morir a sus padres frente a ellos. Así que yo quiero ser una persona que siempre defienda a los débiles y que siempre busque la justicia, pues de aquí, yo vengo. Ahora muchos saben que Río Blanco, Veracruz fue el lugar donde mi abuelo, mi madre Sara y yo nos juntábamos a pasar la tarde, formando, los tres, una alianza de luchadores para toda la vida.  




domingo, 20 de agosto de 2023

Mi lápiz amarillo

 

Amarillo por fuera se deja ver

Aunque escribe negro sobre papel

Espera el tiempo quieto y discreto

Hasta acercarme a él

 

La ocupación de los días tiene lugar

Horas de rutina en noches sin recreación

El sol se oculta y vuelvo a dormir

Las huellas asiduas no se han de escribir

 

Suspicaz la tinta aguarda paciente

Ha aprendido a desconfiar

De afectos que no sean ciertos

En libretas no se han de perpetuar

 

Hasta que una tarde tibia la sangre se enciende

Y el cuerpo se aviva dando señal

Indicación recibo de una memoria iracunda

Ostentando sucesos que se han de dibujar

 

Despabílate, oh lápiz Stabilo

Es tiempo de volverte ser vivo

A pincelar no te has de rehusar

En máquina dirigente mudarás

 

Vestigios de recientes amores delinea

Descarga las lágrimas del rostro mío

Vierte en papel rastros de besos recibidos 

Empieza a trazar mis historias, lápiz amarillo 



martes, 27 de diciembre de 2022

Cruel memoria

 

Cruel memoria

Que en mi mente habitas

Ándate con paso lento

No perturbes mi ahorita

 

Camina sola y tranquila

Descansa en la banca de ayeres

En prados verdes dormita

Y si despiertas no escribas

 

Cruel memoria

Invita a mis múltiples miedos

A conversar en la esquina

Cuéntales uno de tus cuentos

 

Tomados de las manos

Muéstrales la calle y la salida

Déjalos escapar libres

Al que permanezca quítale la vida

 

Cruel memoria

Eliges entre mis años y días

Para vestirte y pasearte

Soberbia no das alternativa

 

Sustraes antiguas palabras dichas

Entonces me robas el tono y la voz

Excitada en urgencia las publicas  

Sin atender mis dolores engreída

 

Cruel memoria

Quién te hizo señora de mi mente

Para exterminar algunos recuerdos

Sin consultarme cuáles guardaría   


sábado, 22 de enero de 2022

580,500


Entre mis recuerdos encontré

Un viejo cheque por 580,500 dólares 

Avalado por el Standford Bank 

De la empresa a tu nombre

 

Después de varios años

Quizás mañana vaya a cambiarlo 

Por una conversación de humanos 

O un buen número de besos caros 

 

Que cada peso, que cada dólar

Devuelva alegre las mañanas

Del tiempo que no he estado a tu lado

De las tardes abandonado 

 

Que el banco me pague con réditos

Los años que han transcurrido  

De saberte andando lejos 

Y no estés más conmigo 

 

Que las monedas no alcancen 

Para gastar en todos los juegos 

Donde mi suerte se vierta

Entre amores, locura y tormentos

 

Fotos tuyas también hallé entre mis recuerdos

Que no canjearía por un solo peso

Si acaso hoy, eres más deudor

Guardo un cheque por 580,500 besos  

viernes, 31 de diciembre de 2021

Tu nombre

Si pudiera abrazarte
A cada mañana
La vida mía 
Volveríase dorada
Acumularía cada abrazo
Dentro de una caja
Oro del que estás armado 
Resguardaría en mi alma/caja


miércoles, 29 de diciembre de 2021

El olvidador


Estoy construyendo un olvidador

Para depositar parte de mis recuerdos 

Los que al voltear la vista abaten 

Los que al primer toque me causan duelo

 

El material es pesado, de duros metales

 De forma cuadrada para no llamar la atención   

Por fuera lucirá gris y horroroso

Por dentro será frío cual congelador

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En el olvidador que estoy construyendo

Abandonaré algunos de mis graves hechos 

En su momento deleites, ternuras o adoración 

El en presente tristeza cubierta de aflicción

 

Hasta el fondo quedarán los más recientes

La gravedad será la técnica de rigor

Los más añejos y ligeros flotarán dispersos

El tiempo ya les ha destilado el dolor  

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Mi olvidador será un gran invento

Capaz de aniquilar en un solo instante  

De la experiencia humana no quedará momento

El alma sin huella alcanzará mayor quilate 

 

Se venderá en las esquinas y a mitad de las calles

De cartón para el joven y liviano pasajero

El adulto llevará de doble dimensión 

No se amontonen, que también soy comprador

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Si el ensayo hoy quedara acabado

El interior mío huiría en segundos (no podría atarlo)

Los caminos andados no habrán existido

Ni polvo, ni aquellas bellas piedras que me tropezaron 

 

El olvidador que estoy construyendo 

Demolerlo he decidido, jamás querría terminarlo

No sea que pierda la voz y quede vacío

No sea que una vez deposite allí mis recuerdos 

A mí mismo me halla olvidado 


 

 

 

sábado, 24 de julio de 2021

Hace tanto

 

Hace tanto no te beso ni acaricio

Hace un rato te deseo en el olvido

Hace mucho que dejaste destruido

El recipiente de piel con muchos corazones

Donde en el interior no hallo el mío

 

Hace noches frías que no tengo abrigo

Otras tantas calientes que no hacen nido

Hace algunos soles que sonrío

Miro lejos, viajo a solas, miro más lejos

Aprendo a llenarme de hábitos vacíos 

 

Hace ciudades y pueblos que visito

Donde las fotografías guardan espacio limpio

Pirámides, playas, desiertos y castillos

El viaje se hace extenso y ancho

Hace tanto que el mundo no es contigo

 

Hace cuántas conversaciones escondo tu nombre

No sea que se descubra que aún te pienso 

El silencio sería el mayor de mis fraudes

Con réditos para mostrar un hombre airoso

Que recostado vierte lágrimas sin hacer ruido 

 

Hace doce meses que no tengo fiestas religiosas

No enciendo velas, no quemo panes ni bendigo el vino

Solo de vez en cuando compro panes frescos

Al paso beso las columnas de esta casa nueva

Y los viernes escojo las flores por mí mismo

 

Hace pocos días advertí no estamos más juntos

Razón para escribirlo antes de olvidarte

Hoy que aún recuerdo tu nombre y tu rostro

Antes que el liviano viento me los arrebate

Y esta historia se quede sin trazos ni testigos