Adentro de mi departamento, yo acostado escribo del cielo. Discuto de esa tela externa, pues cuando de mi piel hablo, temo lo que encuentro dentro
Afuera de estas paredes adivino que hay rostros sonriendo, ruedas aburridas girando, pies que se agotan y agua hirviendo
Dentro de esta caja decido permanecer para sin cuidado acariciar mi pelo, a cada momento basta mirar afuera para comprobar que mi augurio está ocurriendo
He aprendido que es más desafiante y misterioso escarbar en la galaxia que contiene mi confinado cuerpo que en absurdos mundos callejeros, burdos y de voz con huecos
Quizás ya he recabado las semillas suficientes para cosechar campos que me den sustento, quizás los frutos están en mis hombros y en mis rodillas la raíz de mis comienzos
Bastará con salir al balcón para recoger gotas que mis poros absorban y a los deseos de mi alma pongan contentos, es momento de agradecer a las nubes que (a mi casa) trajo el viento
16/Oct/2011
Ciudad de México, 5:55 p.m.