miércoles, 18 de noviembre de 2009

PRETENDER HACER PUDIENDO

Puedo empezar a marchar ahora mismo hasta llegar a Palacio Salvo
Puedo llenar mi boca de agua fresca insabora sin tragarla
Puedo leer de tus labios los mensajes en mi mano hilvanados
Puedo creer que las jornadas serán ante todo, honestas
Puedo correr, vibrar, gemir, oscilar, puedo decidir
Decido seguir sentado en esta banca de Palacio

Quiero los gemidos de mi ser encantado escuchar
Quiero estremecerme por las ondas de mi voz alharaca
Quiero demoler los frenos de mis pies para a ti llegar
Quiero beberme el mineral líquido de tus brazos de metal
Quiero no querer millares de estorbos prudenciales
Quiero ir al sur del continente a extrañarte de verdad

Decido una vereda sinuosa sin lápiz incisivo esbozar
Decido sonreír al transcurrir del tiempo sin expiración
Decido bajar los párpados pues lo exógeno alterado se ha
Decido cerrar los ojos, aparece más allá de la silueta de Isaac
Decido revelar mis ardores y bizarrías a la par
Decido moverme sin mesura, espero hacer lo concebido ya

Hablas, digo; infieres, ahondo
Lo que puedo, quiero y decido no es calca de lo que hago
Lo que transcurre lo construimos y derribamos
Nada se destruye, luego peculiar grafía va brotando
Ignorancia si al quitar un tabique, el perfil está asomando
No están echados dos cuerpos ajenos y solitarios
Aleación de sustancias etéreas en un beso-gritos goteando

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