martes, 11 de enero de 2011

La caída de la reina

Desde el momento en que vi las imágenes cuando cae Marisela, mi cabeza y un chip que tengo incrustado en mi pecho no se han serenado.

Marisela era una reina que vivía afuera de un palacio, porque adentro había un dragón. Un animal salvaje que se volvió soberbio, que ya no recordaba que era un sirviente de la corona. La reina se refugió enfrente del castillo. Afligida y abatida, todos los días derramaba lágrimas porque había perdido a su hija, la princesa Rubí, que años atrás había sido seducida por un bárbaro, un hombre de mal.

La reina era jubilada de la institución que resguarda la salud de todo el pueblo, llamada IMSS. Ella curó heridas y sanó enfermos por muchos años. Pero un mal día, su princesa le fue arrebatada, su princesa fue asesinada y quemada vilmente en un tambo en las afueras de la aldea, conocidas como desierto de Chihuahua.

Cuando la reina esperaba la sentencia para el verdugo confeso de la princesa, la Corte Imperial absolvió al bárbaro y sencillamente apuntó: “el tribunal absuelve por unanimidad a Sergio Rafael Barraza Bocanegra de la acusación que le hizo el Ministerio Público…”. Los caballeros de la Corte lo habían indultado, lo habían liberado.

En ese momento, en la Sala de la Corte se escucharon los gritos y lamentos más estruendosos que en el reino se hayan escuchado, era la reina y sus damas pidiendo justicia por la muerte de la princesa Rubí.

Desde ese día, la reina emprendió una lucha para exigir esclarecimiento en el asesinato de la princesa. Fue despojada de sus majestuosos vestidos y caminó errante por las calles, berreando y gimiendo por la perversa decisión de la Corte. En las marchas, se hizo acompañar de un séquito de otras reinas que habían perdido a sus propias princesas llamado “Justicia para nuestras hijas”.

Después, pasados unos meses, tras una apelación al último fallo, encontraron culpable al asesino, pero este, ya estaba prófugo. Entonces la misma soberana coadyuvó para tratar de detener al homicida confeso. Dirigió las investigaciones para dar con el verdugo. Ella era muy valiente y llegó a hablar ante las cámaras para clamar justicia.

La noche del jueves 16 de diciembre la reina estaba afuera del palacio, en la plaza principal a la que llegan los caminos de Aldama y Universidad en el centro del reino. Cuando llegó un carruaje blanco, pero funesto. Bajó un verdugo. Se dirigió a la soberana. Según los dibujos del cuento, discutieron y por primera vez se vio a su majestad correr, huir de la embestida, debió tener mucho miedo del verdugo, amigo del dragón y de la Corte Imperial.

De manera vil correteó a la reina y ella intentó refugiarse a las puertas del palacio. Pero antes, el mísero cobarde, le clavó la espada (bala calibre 9 mm) a quemarropa. Ella cayó muerta con sus tenis blancos en la banqueta de su propio castillo (Palacio de Gobierno).

Desde entonces, el pueblo ha parecido tener mucho miedo, pues ha callado por la injusticia cometida, han permitido esta atrocidad en una familia real y se han hecho responsables, dándose a conocer la situación de arbitrariedad en la Corte Imperial (Sistema de Justicia Penal) que impera en el reino.

En la búsqueda de justicia por la muerte de la princesa, la reina ha muerto. Se ha cumplido la sentencia que la soberana un día expresó: “aunque me lleve la vida, lo voy a localizar un día…”.

Ahora el pueblo y los plebeyos deben continuar la protesta contra la impunidad que se ha apoderado de este reino y que ha lacerado a sus habitantes; para que no se vuelvan a escuchar gritos como los de la reina Marisela Escobedo, el mayor estruendo del que pueda acordarme haber leído en un cuento.

8 comentarios:

Miguel Ángel Ángeles dijo...

Larga vida al recuerdo de una reina.

Miguel

Miguel Ángel Ángeles dijo...

me hizo recordar esto... aunque son diametralmente distintos...

http://ventadealmas.blogspot.com/2007/01/castillo.html

Alex Montiel dijo...

muy buena narración!!

espero mas escritos!

que la inspiración se apodere de ti!

Emiliano dijo...

Esto narra la realidad a la que nos estamos acostumbrando.
Realmente me encantó!

Lucia M. dijo...

¡Es una historia Real desde todos los ángulos!
¡Fascinante alegoría de la vida de Marisela y de la violencia en México!

Anónimo dijo...

Uff Isaac, este una tema un tanto delicado y doloroso, una profunda herida para la gente de mi tierra. Me gusto mucho Amigo!!! .

Exotico Cempasuchil dijo...

vecino no se de que es su blog pero me hare su fans!!

Anónimo dijo...

No siempre el corazón puede expresar todo cuanto quiere pues no siempre la mente se lo permite.