martes, 17 de mayo de 2011

Cuando Mañana

Me pregunto si mañana un luminoso rayo de sol quemará la frágil piel de mi izquierdo brazo y me ardiera tanto como escena similar veraniega he experimentado, que en mi mente fantasiosamente repito en cotidiano.

Me pregunto si el mañana vendrá después de que el sol se oculte, después de oscura y silenciosa noche. Me pregunto si mañana tiene que ocurrir mañana. Me pregunto si la fotografía adelantada de una sonrisa limpia no puede ocurrir antes de mañana. Le pregunto al mañana qué si cuando él venga la sonrisa se desdibujara en el papel impreso o qué si aquel que facilitó el gesto decide cerrar los labios; entonces la risita hoy ocurrida recordaré mañana.

Me pregunto si mañana veré el mañana. Porque seguro habrá mañana pero quizás yo no en él. Quizás mis ojos no miren y juzguen el mañana. Quizás mis manos no toquen los troncos de los árboles que nacerán en el siguiente día, ni las hojas de este otro árbol que vive y miro hoy. Quizás mañana no tenga la shncrutranavra* que me provoca el olor de lluvia, que me ocasiona el piso mojado que ahora mojas mis piernas y parte de mi espalda.

Me pregunto tantas cosas de la cara del mañana, porque tal vez me da miedo verle los ojos al hoy. Estoy aterrado de verme de pie en la estampa en movimiento de este instante. Tiemblo ante los abrazos vestidos de incertidumbre, cuando ya mis manos en ese nanosegundo acarician los favores del mañana.

Mañana: Suelta mi brazo, permite que dance este baile, que gire incesantemente sin saber ni pretender saber si armoniosamente lo hago. Deja de extenderme la mano para invitarme a bailar una pieza incierta. En este salón seguirás danzando y si en un giro rozo tu mano es porque la melodía ensamblada de un recuerdo y un sueño ya haya iniciado.

*Lo más cercano en español es: Júbilo

1 comentario:

Pomcj dijo...

No hay que medir nada para no esperar nada