sábado, 30 de junio de 2012

A D.C. le haces falta




A las calles con letras nombradas
Parece que les han arrancado el alma
A los parques de presidentes marginados
Se les han secado las primeras ramas

Los ciclistas con cascos todos
Parecen su rumbo haber olvidado
Los museos nacionales se han agrisado
Con visitantes automáticos y largos

El calor del sol quema la ciudad
Rostros frágiles deambulan cansados
Mártires de una ciudad abandonada
Aparecen caídos en las esquinas masacrados

Reciben ciegos compradores las tiendas
Los aparadores están vacíos y desordenados
El café ahora está frío y sabe quemado
Será que la máquina hoy no te ha mirado




A D.C. le haces falta
A lo ancho de su lánguido día
Se queja de las horas venideras
En que no será tu morada

A D.C. le haces falta
A su río no lo acompañas
Por la mañana fresca
Ni por la noche larga

A D.C. le haces falta
A sus monumentos no retratas
Ni por su obelisco alto
Ni por tener una casa blanca

A D.C. le haces falta
Y a mí de pasada
Que me quedé más días
A tratar de consolarla


District of Columbia
June 2012 

1 comentario:

Paula M. dijo...

Nostálgico, abrumador, emotivo, revelador, vivo y cierto