Ella entró caminando de prisa,
sobre unos tacones que aumentaban más de doce centímetros a su estatura de Miss
Universo. Se formó en la fila y ordenó un café alto. Puse mucha atención para escuchar si pedía alguna leche
especial pero parece que no echó mano de la variedad que ofrecía el local.
Lo que no pude creer al verla,
fue que mientras le preparaban el café se dirigiera hacia el pasillo que lleva
al baño. ¡No podía creerlo! Se estaba cumpliendo, frente a mis ojos, ese gran
dicho popular que dice: “hasta la muchacha más guapa, hace su... visita al baño”.
Yo estaba escribiendo y enviando
algunos correos desde mi mesa, ella solo estaba de paso en la cafetería. Ella
fue Miss Universo 1991 y yo me había graduado de la Universidad en 2005. Ella
es famosa y yo también (entre los míos) ¿Cuál es la diferencia entre una
persona exitosa y otra? ¿Qué hace que pensemos que una persona es especial o
tiene mayor valor que otro?
Yo miré una mujer guapa, de pasados
cuarenta y cinco años. Vestida al estilo cotidiano de la colonia en la que nos
encontramos. Los jóvenes baristas no dieron ni seña de reconocerla, mucho menos
de emocionarse al atenderla. Pero por dentro yo me debatía: esa mujer ha estado
en mi cabeza por muchos años.
Cuando regresó a recoger su
bebida, estuve a punto de pedirle una foto pero algo me ponía nervioso. Quizás fue
el peso del recuerdo de ver en televisión a aquella mujer mexicana ganar por primera
vez la corona de Miss Universo. Quizás la fascinación hacia aquello que nos
parece un logro máximo y soñador.
Me lamenté no tener una imagen
para ilustrar este relato y hacerlo más verídico. Pero finalmente pensé que no
la necesitaba. Con seguridad ella es una gran persona al igual que yo. Con seguridad
mi admiración hacia su éxito es una acción que puedo tener hacia mí mismo y
hacia cualquiera de las personas que me rodean. Ella misma me dio la lección de
ser una mujer común y de ser simple pero verdadera. Ella misma recogió su café
cuando el joven camarero gritó María. Y yo como despedida solo dije: ahí va María
Guadalupe Jones.
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