Un
buen diamante tiene la propiedad de reflejar la luz. Y en cada una de sus
facetas irradia belleza. Su nobleza está en concentrar tanto brillo en un
pequeño trozo. Y es cada uno de sus destellos que lo hacen invaluable.
Partiendo
de ahí, la ciudad de Guanajuato aparece como un precioso diamante. Un pequeño
espacio que además de su belleza arquitectónica posee tanto esplendor en cada
una de sus calles, historias y tradiciones. Una joya de trascendencia histórica
para todo el país que ostenta una oferta cultural de primer orden.
Con
la mejor de las suertes logré apreciar algunas de las principales cualidades de
esta joya en mi reciente visita: toparme con un concierto de la Orquesta
Sinfónica de la Universidad de Guanajuato. Más cuando se trata del concierto
inaugural de la Primera Temporada 2018 en el emblemático Teatro Juárez. Al
mismo tiempo, deleitarse con la participación de Karen Su en el primer violín
aumentó el valor de la experiencia.
Y
así como un día te acercas a una joya con cierta vacilación y el encanto de la
pieza te cautiva poco a poco, así fui seducido por Guanajuato. Trasladarse
entre las calles subterráneas es una experiencia urbana única en este país.
Comprar artesanías, dulces, especias o incluso alguna planta endémica en el
interior del imponente Mercado Hidalgo deshará cualquier buena experiencia de
un cotidiano recorrido. Si nunca lo has visitado, el Museo de las Momias te
encerrará en una atmósfera de misterio.
Parte
central de la historia nacional se cuenta desde la explanada de la Alhóndiga de
Granaditas. Y sin duda, esta ciudad es una de las más románticas y llena de
fábulas que encantan y se cuentan en la escalinata de su Universidad y durante
las jocosas callejoneadas al mando de estudiantinas cuyo destino final siempre
es el Callejón del beso.
Es
justo reconocer que esta joya se ha engalanado con una infraestructura
turística que ofrece hoteles y restaurantes de alta calidad. Museos, galerías
de arte, galerías de artesanías, cafés y múltiples espacios de riqueza cultural
son parte de su brillo actual. Las nuevas terrazas de los hoteles agracian aún
más la belleza de la ciudad, y ya sea de día o de noche, resulta un placer
disfrutar de sus destellos.
Las
cualidades que reúne Guanajuato la convierten en una preciada joya nacional. Llegar
a ella requiere tan solo tres horas desde la Ciudad de México. Así que una
inversión tan corta y sencilla no puede ser más redituable para alcanzar una joya
que por el lado que se le mire solo irradia brillos.
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